Fórmulas de cálculo de la LIOs
Repasaremos
muy brevemente cuales fueron las fórmulas
que precedieron a las actuales y cómo se ha llegado a las de 3 y 4 generación,
que son las más frecuentes, y ofrecer unos consejos o indicaciones sobre la
elección de la fórmula más adecuada, desde mi punto de vista personal, lo cual
no quiere decir que sea el más adecuado. Para saber por qué en las fórmulas
actuales hay parámetros oculares que tienen más importancia que otros, es
necesario reflexionar un momento sobre las fórmulas que las precedieron.
Y
por esto hay que pararse en 1949, cuando Ridley empezó a colocar sus famosas
lentes, que intentaban imitar al cristalino. Intentó emular la curvatura,
tamaño y forma del cristalino con las primeras lentes que se implantaron,
asumiendo que el cristalino tendría una potencia estándar de 18 dioptrías. Esta
situación se mantuvo muchos años, hasta que en los años 70, donde se empezó a
pensar que la potencia de la lente se podía calcular basándose en la refracción
del paciente antes de que aparecieran las cataratas. Sin embargo, tenían
sorpresas refractivas de hasta 9 dioptrías, por lo que siguieron investigando y
es lo que dio lugar a la primera generación de fórmulas teóricas, estas fórmulas utilizaban fórmulas ópticas
para el cálculo del sistema optico compuesto por cornea y lente intraocular.
Probablemente os suene el nombre de Fyodorov o Binkhorst. Aunque ya no utilizan
en la actualidad, fueron la base de todas las fórmulas modernas.
En
la década de los ochenta, se introducen fórmulas empíricas o de regresión que
se basan en el estudio retrospectivo de los resultados obtenidos. Una de las
más conocidas fue la de SRK, llamada así por las iniciales de los autores y
fueron muy aceptadas seguro que a muchos os suena este nombre, porque acertaban
bastante bien en los ojos normales, aunque fallaban mucho en los ojos extremos,
ya que era más difícil conocer la posición efectiva de la lente. Y de ahí viene
que la ELP que es la distancia que existe entre el vértice corneal y el plano
principal donde se sitúa una lente teóricamente fina, seconsidera la clave
evolutiva y la que ha hecho que en el camino hayan aparecido varias
generaciones de fórmulas.
De
tal manera, en la primera generación de fórmulas se daba por defecto un valor
de 4 mm para la ELP de todas las lentes ya que se basaba en que cuando las
lentes eran de soporte angula, o de fijación iridiana, las lentes quedaban a
una distancia más o menos fija en todos los ojos. A partir de la década de los
80 es una variable dependiente de 1,2 4 0 7 factores, dependiendo de la
complejidad de la fórmula.
Sin
embargo, está claro que en una lente en el saco capsular, no estará igual de
cerca de la córnea en un ojo de 23 que
en uno de 30, por lo que es un parámetro importante a tener en cuenta.
Para
intentar obviar esta situación surge la segunda generación de fórmulas, que son
tanto empíricas como teóricas y que consideran que a mayor longitud axial hay
mayor ELP y viceversa.
Dentro
de las teóricas, se incluían la Hoffer, Shammas y de Binkhorst II. La SRK
intentó mantener su sencillez añadiendo a su fórmula unos factores de
corrección, por lo que surgió la SRK II. Funcionaron ambas muy bien porque eran
muy sencillas, pero su inexactitud en los ojos cortos y largos relegó estas
fomulas al olvido ya que Los ajustes en las fórmulas no acabaron con le
problema de determinación de la ELP, por lo que las de generación pasaron a la
historia quedando obsoletas.
Las fórmulas de 2ª generación siguieron
fallando, Se observó que había otros factores que influían, como la curvatura
corneal y el grosor corneal, por lo que la posición de la lente podría variar
no solo con la longitud axial si no con el valor de K.
De ese concepto nacen las fórmulas de tercera generación, que pueden ser
consideradas como de uso habitual, aunque todavía hay cosas mejorables y por
eso aparecieron las de cuarta generación.
Ya
se ha visto que en las fórmulas iniciales la ELP era constante,, y que la
segunda generación entendía que sí el ojo era más grande la lente quedaría más
atrás. En esta tercera generación se asume además, que la curvatura corneal
tiene un papel fundamental, por lo que si la córnea es más curva, a priori la
cámara anterior será más profunda y la lente quedará más atrás.
Es
importante reseñar que la ACD postoperatoria (ELP) no se correlaciona con la
profundidad de cámara anterior preoperatoria, sino que depende del
posicionamiento final de la lente en el interior del ojo. Además, hay otras
medidas como el surgeon factor que va a ser el que va a usar la fórmula
Holladay y que equivale a la diferencia entre la ELP y la ACD preoperatoria.
La
fórmula Hoffer Q sigue usando la ACD de las fórmulas antiguas, lo que ahora se
llama ELP y que es diferente para cada tipo de lente , porque no es lo mismo
una que se pone en plano de iris que en el saco, e incluso, siendo dos lentes
puestas en el saco, va a influir si la lente es meniscada o biconvexa.
La
fórmula Holladay, introduce una nueva constante denominada SF, porque para
Holladay la ELP es la suma de la profundidad anatómica de cámara anterior y la
distancia desde el iris al plano óptico de la lente.
Y
la lente SRK T utiliza la constante A facilitada por los laboratorios de las
lentes intraoculares y que, a diferencia de las anteriores constantes, no
representa ninguna distancia dentro del ojo, pero que abarca múltiples
variables, al igual que la SF, que incluyen desde la localización del implante
dentro del ojo, el tipo de lente y los instrumentos de medida.
Hay
que señalar que, pese a las diferencias que hemos señalado entre ellas, existe
una correlación exacta entre esas constantes, de manera que se puede calcular
la equivalencia entre ellas como se calcula la equivalencia entre metros y
pulgadas. De hecho, los biómetros tienen unas ecuaciones de conversión ya
incorporadas que nos permite esta comparación de forma instantánea.
Intentando
mejorar aún más la fiabilidad de las fórmulas, se introducen las de cuarta
generación, que son las que utilizan más de dos factores para el cálculo de la
ELP.
Hasta
ese momento, las fórmulas que utilizan dos variables asumen que la distancia de
la lente a la córnea es proporcional a la longitud axial, lo que sería como
decir que los ojos cortos siempre tienen cámaras anteriores pequeñas y
viceversa. Al asumir esto, las fórmulas tienden a hipocorregir en ojos cortos
(dejando miopes a los hipermétropes) y al revés en los miopes.
Esto
lleva a Holladay a realizar un estudio múlticéntrico, con un número elevado, en
el que se determinan las características biómetrícas de la población con
catarata, por lo que el cálculo exacto, fundamentalmente en los ojos extremos
conlleva la entrada de todas estas 7 variables.
- Estudio biométrico multicéntrico (n=1079)
para Holladay II
Características dé la población con cataratas
|
||
Longitud axial
|
23,5 mm ± 1,25
|
100
|
K media
|
43,81 D ± 1,6
|
76
|
Blanco-blanco
|
11,7 mm t 0,46
|
24
|
Refracción
|
0,6 D ± 2
|
18
|
aACD
|
3,1 mm +0,3
|
8
|
Grosor del
cristalino
|
4,7 mm ± 0,41
|
7
|
Edad
|
72 años i 12
|
1
|
Además,
cada una de estas siete variables va a tener un peso en la fórmula, siendo las
más importantes, la longitud axial, la queratometría
y la distancia blanco-blanco.
El
inconveniente principal de esta fórmula, es que no ha sido publicada ni está
disponible en ningún biométro convencional, si no que está incluida dentro de
un programa junto con otras utilidades, previo pago.
La
fórmula de Haigis, además de las variables convencionales de longitud axial y queratometría,
utiliza la profundidad de cámara anterior. Pero en vez de usar una constante,
va a tener tres, que derivan de un análisis de regresión multivariable de una
muestra amplia de cirujanos y de resultados con modelos de lentes concretos
para un rango extenso de longitudes axiales de valores de K.
Eso
hace que la Haigis tenga un nuevo nivel de flexibilidad matemática para el
cálculo de la lente porque se puede personalizar las tres constantes, en
función del modelo de lente usado y del cirujano. Aunque ha tenido escasa
difusión, la fórmula de Olsen se considera de cuarta generación al combinar
cuatro variables para determinar la potencia de la lente y su correcta ELP.
Estas variables son la longitud axial, la profundidad de cámara anterior, el
valor de K y las características ópticas de la lente a implantar.
Las
fórmulas de tercera y cuarta generación, al calcular de manera más adecuada la
ELP, se consideran como el estándar de calidad en el cálculo de las lentes
intraoculares. En esta tabla de puede
ver el resumen evolutivo de las fórmulas, recordando que las dos primeras
generacione, isncluida la srk II, podrían ser válidas para ojos de medidas
normales, pero están totalmente obsoletas y no deben usarse de forma rutinaria.
De hecho, una de las mayores causas de reclamaciones judiciales en los estados
unidos es por errores de cálculo al utilizar estas fórmulas.
Empírica
|
Cálculo
de ELP
|
|||
1ª
|
Fyodorov Colebrander Van der Heijde Binkhorst I
|
SRK I
|
Constante
|
Obsoletas
|
2ª
|
Binkhorst
II Hoffer Shammas
|
SRK
II
|
En
función de LA
|
Obsoletas
|
3ª
|
Hoffer Q Holladay I SRK-T
|
En
función de LA y K
|
Estándar
de uso
|
|
4ª
|
Holladay
II Haigis Olsen
|
LA,
K y más variables
|
Estándar
y avanzado
|
De
manera habitual se deben emplear las fórmulas de tercera generación, ya que es
muy fácil que estén en los biómetros, y también las de cuarta, disponibles al
comprar el programa específico, por ejemplo, como la Holladay II.
Esta
tabla del Dr. Hill nos puede ayudar a decidir en función del paciente, ya que
la precisión de las fórmulas va a variar en función de la longitud axial. Se
puede apreciar como en los ojos intermedios, con medidas entre los 22 y 26 mm,
el margen de error es muy pequeño y similar en todas ellas, siendo los extremos
donde se observan diferencias entre las fórmulas y generaciones.
LA (mm)
|
Haigis
|
Hoffer Q
|
Holladay I
|
Holladay II
|
SRK-T
|
18-20 '
|
0,5
|
0,5
|
1,00
|
0,50
|
2,00
|
20-22
|
0,25
|
0,25
|
0,50
|
0,25
|
1 1,00
|
22-26
|
0,25
|
0,25
|
0,25
|
0,25
|
1 0,25
|
26-28
|
0,25
|
0,50
|
0,25
|
0,25 i
|
1 0,25
|
28-30
|
0,25
|
0,25
|
0,25
|
025
|
0,50
|
Así,
mientras que las de cuarta generación son muy fiables en cualquier rango de
medida biomètrica, las de tercera funcionan mejor en determinados tipos de ojo.
Las
fórmulas de cálculo han evolucionado ampliamente
En
la actualidad es posible conseguir resultados aceptables con las de 3ª y 4ª generación
Sin
embargo, en los ojos extremos sigue existiendo un margen de error que puede
comprometer el resultado final.
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