Existe una relación directa entre la exposición a luz
ambiental y el desarrollo del ojo en la infancia, se asocia una mayor
exposición diaria a la luz con un crecimiento más lento del ojo. Por tanto, deberíamos
recomendar intervenciones dirigidas a aumentar la exposición diaria a la luz
natural para reducir el desarrollo y el avance de la miopía en la infancia.
En las últimas décadas, se ha observado un rápido aumento de
la prevalencia de la miopía en los países desarrollados, con registro de
niveles de epidemia de miopía mayores al 90% en poblaciones jóvenes de ciudades
asiáticas. Los avances alcanzados en la tecnología permiten obtener mediciones de
manera fiable de numerosos factores ambientales potencialmente asociados con el
desarrollo y el avance de la miopía.
Implementando esta información se ha calculado que en el 2050,
aproximadamente la mitad de la población del mundo será miope y que
aproximadamente mil millones de personas de todo el mundo tendrán miopía magna
(5,00 D o más), asociada a otras enfermedades oculares, como
desprendimiento de retina, glaucoma y degeneraciones de retina. Parte de este
aumento rápido de la miopía se puede frenar modificándolas condiciones
ambientales que participan en la regulación del crecimiento ocular en el
desarrollo y el avance de la miopía, aunque estos todavía no se conocen con
certeza.
Muchos estudios se han centrado en factores relacionados con
el trabajo de cerca, la educación y el desarrollo académico. Recientemente, se
produjo un cambio en el enfoque de la investigación y se comenzó a considerar
potenciales factores ambientales adicionales (por ejemplo, actividades al aire
libre). Se han obtenido pruebas, tanto en estudios de epidemiología en seres
humanos como en estudios de investigación en animales, que la exposición a la
luz natural puede ser un factor ambiental adicional importante en el desarrollo
de la miopía. Los estudios con animales demuestran que el crecimiento normal
del ojo parece estar afectado por los niveles de luz ambiental, se ha
demostrado que se produce un crecimiento más rápido del ojo y aumenta el
desarrollo de errores refractivos, como la miopía al criar pollitos y primates en entornos con
luz ambiente tenue, en comparación con la crianza de animales en condiciones de
luz intensa. En seres humanos, se ha realizado una serie de estudios
epidemiológicos en los que se ha demostrado que los niños que pasan más tiempo
al aire libre tienen una prevalencia e incidencia menor de miopía en comparación
con niños que pasan menos tiempo al aire libre con luz natural (hasta 100 veces
más intensa que los niveles de luz en interiores). También se sabe que el
crecimiento ocular y el avance de la miopía durante la niñez varían en función
de la época del año, con un crecimiento más lento del ojo en los meses de
verano (cuando hay más luz y, por lo tanto, más oportunidades de pasar tiempo
al aire libre) y un crecimiento más rápido del ojo documentado en los meses de
invierno (cuando hay menos luz ambiental disponible).
La revelación de la cascada(s) de señales que regulan el
crecimiento del ojo requiere numerosas sustancias, una de estas sustancias es
la dopamina, lanzada en respuesta a la exposición a la luz y de interés
primordial como base potencial para el efecto protector sobre la miopía de los
niños que pasan más tiempo al aire libre. La inhibición de dopamina o el óxido
nítrico detuvo sus efectos protectores contra la miopía de forma experimental. La
inhibición del óxido nítrico hizo ineficaz el agonista de la dopamina, lo que
sugiere que la dopamina está implicada antes en la cascada y que el óxido
nítrico es un producto derivado necesario para la protección contra la miopía. También
se está investigando acerca de los efectos de la luz más allá de la dopamina.
Otro estudio en monos han demostrado que
la privación del hemicampo y un desenfoque hipermetrópico acelerar el
crecimiento local en el área de la retina correspondiente. El estudio muestra
que el desenfoque miópico frena el crecimiento del ojo
Es difícil saber, si los efectos protectores de las
actividades al aire libre se deben a la exposición a la luz o a algún otro
factor relacionado con el hecho de estar al aire libre, mayor actividad física
o menor esfuerzo de la visión de cerca.
Los niños miopes presentan un promedio diario de exposición
considerablemente menor a la luz frente a los niños no miopes. Esto indica una
menor cantidad de actividades al aire libre para los niños miopes en esos
períodos. Si bien se observaron tendencias que muestran que los niños miopes
también tienen niveles de actividad física diarios levemente menores, las
diferencias asociadas con la actividad física no son estadísticamente
significativas. Existen una serie de predictores de crecimiento ocular estadísticamente
significativos en niños, incluso la presencia de miopía (los niños miopes
presentan un crecimiento ocular más rápido), menor edad (los niños de menor
edad presentaron crecimiento ocular más rápido que los niños de mayor edad) y
sexo (los niños presentaron un crecimiento ocular levemente más rápido que las
niñas). Asimismo, el crecimiento ocular axial también está asociado
significativamente con la exposición diaria promedio de los niños a la
luz: una menor exposición diaria a la luz se asocia con un crecimiento ocular
axial más rápido. También se han confirmado diferencias urbano-rurales en la
prevalencia de la miopía, con áreas urbanas del centro de la ciudad que tienen
mayores probabilidades de miopía que las áreas suburbanas exteriores y rurales.
Estos datos sugirieron que las pequeñas a moderadas diferencias ambientales
pueden afectar el desarrollo de la miopía, incluso dentro de un ambiente predominantemente
urbano común.
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